Para explicarlo, te pondré un ejemplo. Imagina que quieres encontrar a una pareja a la que le encanta el deporte, porque a ti mismo te encanta. ¿Dónde te vendría mejor hacer vida social? ¿En un club de lectura o en un grupo de deportistas? Efectivamente, el entorno del cual te rodeas te acerca o te aleja de encontrar a esa persona. Por supuesto, si te gusta leer ve al club, pero si no,... estás perdiendo completamente el tiempo aunque allí haya chic@s muy atractiv@s, si a ninguno le gusta el deporte. Digamos que la probabilidad es menor. Lo mismo ocurre si no te relacionas con personas de tu edad: no esperes encontrar una pareja de tus años... porque es poco probable conocerla si no empiezas a moverte.
Así que haz vida social, conoce a cuantos más grupos de amigos mejor,... pero siempre acercándote a lo que quieres ser. Si ves que la discoteca no te hace bien, queda con tus amigos para hacer otros planes y en los momentos en que ellos salgan de fiesta, haz otra cosa (descansa, júntate con otros amigos que hagan algo que sí te ayude a crecer como persona,...). Si tus grupos de amigos sólo realizan actividades que te perjudican como persona, y estás con ellos sólo por tener compañía... quizás no sean tus verdaderos amigos y te toque cambiar de grupos. Si no dejas el hueco vacío, nunca tendrás el valor para encontrar nuevas amistades que compartan tu modo de vida o valores. Y es en estos grupos de amigos donde se abre tu oportunidad: en estos grupos:
1) Crecerás como persona.
2) Compartirás tu vida con amistades verdaderas
3) Podrás aportarles mucho en sus vidas
4) Conocerás a otras personas a través de ellos: te presentarán a más gente y así aumentarás tu grupo de amigos conociendo a más personas con tus valores y modo de vida... ¡O incluso conociendo a tu futuro espos@!
A veces no encuentras a tu aguja, ni ella te encuentra...¡sencillamente porque no estáis en el mismo pajar! Así que no temas buscar ni dejarte encontrar.