Por el contrario, no te quedes tranquilo cuando salen de tu boca cosas malas, aunque no las oiga hombre alguno: las oye quien condena.
San Agustín.
https://www.deiverbum.org/mt-15_01-02-y-10-14/
Por el contrario, no te quedes tranquilo cuando salen de tu boca cosas malas, aunque no las oiga hombre alguno: las oye quien condena.
San Agustín.
https://www.deiverbum.org/mt-15_01-02-y-10-14/
De manera que aquí vemos, creo yo, la manifestación de un principio general que se presenta ante nosotros a menudo, tanto en la Escritura como en la vida del mundo: No reconocemos la presencia de Dios
Sin embargo, no procede con excesiva violencia, sino todavía con mucha indulgencia. Porque no les dijo: ¡Glotones! ¡voraces! Tantos milagros he obrado y no me habéis seguido ni habéis admirado los p
Mas, cuando subió a la barca, eliminó de sus corazones la duda del espíritu, pues corría más peligro su espíritu por la duda que su cuerpo por las olas. - San Agustín - https://www.deiverbum.org/mt-14