Y que se trata no de un solo Demonio, sino de muchos, diversos pasajes evangélicos nos lo indican (cf Lc 11, 21; Mc 5, 9); pero uno es el principal: Satanás, que quiere decir el adversario, el enemigo; y con él muchos, todos criaturas de Dios, pero caídas –porque fueron rebeldes– y condenadas (cf DS 800-428); todo un mundo misterioso, revuelto por un drama desgraciadísimo, del que conocemos muy poco. - San Pablo VI - https://www.deiverbum.org/mt-13_24-43/
top of page
De manera que aquí vemos, creo yo, la manifestación de un principio general que se presenta ante nosotros a menudo, tanto en la Escritura como en la vida del mundo: No reconocemos la presencia de Dios
Sin embargo, no procede con excesiva violencia, sino todavía con mucha indulgencia. Porque no les dijo: ¡Glotones! ¡voraces! Tantos milagros he obrado y no me habéis seguido ni habéis admirado los p
Mas, cuando subió a la barca, eliminó de sus corazones la duda del espíritu, pues corría más peligro su espíritu por la duda que su cuerpo por las olas. - San Agustín - https://www.deiverbum.org/mt-14
bottom of page